lunes, 16 de enero de 2012

En la Piel de Almodóvar



 Película: LA PIEL QUE HABITO
     The Skin I Live In
Director: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar, Agustín Almodóvar
Novela Original: “Tarántula” de Thierry Jonquet
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes …
Año:   2011


Debo confesar que las cintas de Almodóvar ciertamente no suelen estar entre mis favoritas. Reconozco sin duda su oficio cineasta y transgresor pero en ocasiones, su filmografía repleta de obsesiones personales y simbolismos descarados, suelen opacar la narración de la historia en sí misma a mi gusto personal. 

Sin embargo, no se trata de mis experiencias personales con el trabajo anterior del director manchego; sino de su más reciente creación fílmica inspirada en la novela “Tarántula” de Jonquet y que ha recorrido ya las salas cinematográficas de diferentes países (y las mexicanas) recolectando interesantes comentarios tanto de críticos como espectadores en: “La Piel que Habito”.

Este original thriller representa para Almodóvar una cinta repleta de perversiones, suspenso y sus recurrentes obsesiones temáticas, esta vez al servicio de una historia llena de giros inesperados en la trama, que mantienen cautiva a la audiencia y la conducen paso a paso, por un inquietante misterio que se revela de forma gradual, de naturaleza oscura y hasta ridículo por momentos, pero eso sí, interesante de principio a fin.

No sería justo en este caso, revelar parte de la trama como si fuera una reseña convencional, porque hacerlo le restaría el impacto necesario para apreciar la película con sus giros inesperados y sorpresas para quien no conoce con detalle la historia.  Antonio Banderas, con una sólida actuación y de regreso a la cinematografía española, se presenta como el Doctor Robert Ledgard ­-un científico y cirujano plástico notable y determinado- cuyo personaje traza una muy delgada y frágil línea de ética profesional bastante difusa, al ejercer y experimentar fuera de los estándares y normas establecidas, y como iremos descubriendo poco a poco, al responder a enfermizos instintos y obsesiones propias.  Ledgard está rodeado de otros personajes que se insertan en su mundo de forma compleja y caótica, cada uno de ellos con su propia oscuridad, con sus propios conflictos.