Película: “The Birds"
Duración: 119 mins.
(Los
Pájaros)
Director: Alfred Hitchcock
Guión: Daphne Du Maurier (historia original), Evan
Hunter (guión)
Fotografía: Robert Burks
Género: Thriller / Supenso / Terror
Protagonistas: Tippi Hedren, Rod Taylor, Suzanne
Pleshette, Jessica Tandy, Veronica Cartwright.
País: USA
Año: 1963
"Dales placer, el mismo que consiguen cuando despiertan de una pesadilla."
-Alfred Hitchcock
Hace 50 años justo en
la Ciudad de Cannes, una de las cintas exhibidas fuera de la competencia del
Festival y apenas estrenada días antes en la Ciudad de Nueva York, estaría
destinada a formar parte de la historia del cine de forma definitiva y genial.
Alfred Hitchcock y
Tippi Hedren recorrieron la alfombra roja en aquella ocasión con motivo de la
primera cinta del espléndido director con Universal Studios que algunos
críticos consideran es la última de sus geniales obras maestras… el nombre de
la película en cuestión (si aún no lo adivinan): “Los Pájaros”.
La recomendación
cinematográfica en esta ocasión no es una cinta cualquiera, sino una que
orgullosamente festeja su 50 Aniversario sin envejecer realmente. Los Pájaros,
es una cinta escalofriante, vanguardista y cuya grandeza cinematográfica y
técnica, nos ha heredado imágenes que permanecen en la memoria del espectador y
que la han hecho trascender a través de la historia del cine.
Basada en una
adaptación libre de una historia del mismo título de Daphne du Maurier y un
guión desarrollado por Evan Hunter; Los Pájaros exhibe una dirección confiada y
desafiante de Hitchcock además de una destreza técnica que estableció cánones
para el cine de suspenso y terror de la época y para el que aún se realiza.
La
película fue la número 50 de Hitchcock y sucedió al éxito inesperado y
avasallador de Psicosis. El cuento de du Maurier adquirió mayor relevancia
para el director cuando en el verano de 1961, en California, al sur de San
Francisco, miles de gaviotas desorientadas emprendieron vuelos suicidas que
extrañaron a la sociedad y a la comunidad científica.

Melanie
Daniels (Hedren) es una socialité atractiva, sofisticada y de gran posición
económica y social en la ciudad de San Francisco. Tras un encuentro
fortuito en una pajarería con un apuesto caballero que logra ganar su atención,
conoce al inquietante Mitch Brenner (Rod Taylor). Surge entonces una
relación desafiante y misteriosa entre los dos, un juego de poderes y de
atracción entre el respetable abogado y la impecable mujer de sociedad. Las tensiones
sociales y sexuales entre estos personajes desembocan en la visita de Daniels
al pequeño poblado de Bodega Bay para entregar sorpresivamente la pareja de
pájaros que Mitch pretendía buscar en la pajarería como regalo de cumpleaños de
su hermana menor.
De esta
manera, Melanie queda atrapada en la intriga de descubrir más sobre este
apuesto caballero que la desafía sin intimidarse como otros… conoce así a su
familia: a su tierna hermana, a su inquietante madre sobreprotectora Lydia
Brenner (Jessica Tandy), quien no aprueba su presencia; a su enamorada eterna e
incondicional, la maestra de escuela Annie Hayworth (Suzanne Pleshet).
Esta
historia superficial y aparentemente inofensiva que abordará la relación de
todos estos personajes, se desarrolla entre pequeños pero significativos
incidentes vinculados con las aves que forman parte en todo momento de la trama
como la naturaleza misma, como testigo siempre presente, al que los personajes
no le dan mucha importancia hasta que se ven rodeados de la misma, acorralados
y atacados.
Los
animales que suelen convivir silenciosamente en el ambiente, pronto toman el
control de la situación, los pájaros pronto se rebelan y se convierten entonces
en los auténticos protagonistas de la cinta. El reto de la cinta
para una época en que la computadora y sus efectos no constituían una
alternativa, debió ser sin duda el realismo y eficacia técnica para lograr el
espeluznante ataque de las aves. Pájaros entrenados, aves mecánicas
y animaciones jugaron el rol de protagonistas aunados al perfeccionismo
obsesivo de Hitchcock. Cabe mencionar, que este reto se convirtió en uno de los
logros más memorables, de tal pulcritud y destreza técnica que aún hoy, nos
permiten apreciar una película que no ha envejecido a pesar de tener ya 50 años
de edad.
Hitchcock logra consagrarse magistralmente como el genio que es, experimentando con secuencias y planos, con el poder de la imagen cinematográfica en su narrativa. Los pájaros, termina siendo así, un festín terrorífico con un ritmo exacto y eficaz. La banda sonora juega también un papel determinante, al desaparecer cualquier intento mínimo de musicalización y preferir así una elaborada composición sonora electrónica que une los aleteos de las aves con sus graznidos, cantos y sonidos.
Hitchcock logra consagrarse magistralmente como el genio que es, experimentando con secuencias y planos, con el poder de la imagen cinematográfica en su narrativa. Los pájaros, termina siendo así, un festín terrorífico con un ritmo exacto y eficaz. La banda sonora juega también un papel determinante, al desaparecer cualquier intento mínimo de musicalización y preferir así una elaborada composición sonora electrónica que une los aleteos de las aves con sus graznidos, cantos y sonidos.
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