viernes, 31 de mayo de 2013

Entrega de los Arieles, porque la cinematografía mexicana también tiene "su premio"


¿Sabías que la industria de la cinematografía mexicana también tiene su propia ceremonia de entrega de reconocimientos a lo mejor de su producción fílmica anual?  Estos premios denominados como “Arieles” buscan estimular y reconocer lo mejor del cine nacional, y aunque igual que a la propia industria cinematográfica nacional, le ha costado repuntar y atrapar el interés del público en general, constituye el máximo galardón entregado al cine en nuestro país. Pero refresquemos un poco la memoria, recordando parte de su historia…

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas fue fundada el 3 de julio de 1946, en la Ciudad de México.  En el momento de su fundación, la industria fílmica mexicana vivía su mejor momento con una producción anual de 85 cintas, meta que aún hoy en día es muy complicado alcanzar. El propósito de crear una Academia dedicada exclusivamente a la industria fílmica, era el promover avances en las artes y ciencias del cine, así como dar reconocimiento público a aquellas producciones y personas que hubieran realizado un trabajo excepcional dentro de este campo.

El Ariel es el premio que la AMACC instituyó, desde su fundación, para reconocer públicamente a los realizadores, creadores, intérpretes y técnicos de las películas mexicanas.  Fue bautizado de esta manera por el libro homónimo de José Enrique Rodó que a su vez está inspirado en La Tempestad de William Shakespeare.  Representa así los ideales, la defensa de la cultura latinoamericana, un llamado al panamericanismo, el espíritu libre, el buen gusto en el arte y la búsqueda de la excelencia.

La escultura del Ariel que es entregada a los premiados, es la creación del artista mexicano Ignacio Asúnsolo. Originalmente la estatua del Ariel decoraba Paseo de la Reforma (a la altura de Chapultepec) donde permaneció hasta 1958.  Actualmente se encuentra en el interior de los Estudios Churubusco. La estatuilla fabricada en plata pura y montada en una base piramidal de mármol negro, es la figura de un hombre que busca emprender el vuelo, posado en un águila. (...)
Continúa...

Para leer este artículo completo, accede aquí a su publicación original en: 
TARATARA



No hay comentarios.:

Publicar un comentario