martes, 20 de agosto de 2013

El Conjuro: Terror al estilo de la vieja escuela



Película: “El Conjuro” (The Conjuring)
Director: James Wan
Guión: Chad Hayes / Carey Hayes
Género: Terror / Thriller
Fotografía: John R. Leonetti
Música Original: Joseph Bishara
Protagonistas: Vera Farmiga, Lili Taylor, Patrick Wilson, Ron Livingston…  
País: USA 
Año: 2013
Duración: 112 min.
Warner Bros. Pictures
 



El miedo puede habitar otra vez en una casa embrujada

El miedo es definido como una emoción primaria intensa, habitualmente desagradable que es provocada ante la percepción de un peligro real o supuesto, presente, futuro o pasado, y que se alimenta de sí mismo.  En su máxima expresión puede derivar en lo que conocemos como terror. 

¿Por qué el terror representa una fuente de diversión en el cine?  No conozco la respuesta.  Sin embargo, sé que los escalofríos, los sustos y el dejarse envolver por la atmósfera de una cinta de este género en la que acompañamos sigilosamente cada paso de los personajes para contagiarnos de su miedo, puede ser cautivante. Así lo demuestra el éxito comercial de esta temática dentro de la industria.

El terror como género ha cohabitado con la cinematografía desde sus orígenes.  Los modelos y temas se han reinventado y diversificado en ocasiones, mientras que en otras, se han repetido y parafraseado constantemente. El género continúa consolidado hoy por hoy como un imán de taquilla.  La gente ávida de emocionarse y estremecerse durante un par de horas en su butaca de cine o con una cinta en la íntima oscuridad de su hogar, encuentra en las cintas de terror un escaparate de sufrida y nerviosa diversión.

No obstante, debido a la naturaleza del propio género, a sus fórmulas y características, la taquilla comercial también se ha visto invadida por cintas que meramente satisfacen las exigencias de efectos sonoros y visuales para crear un mínimo ambiente de tensión o bien, que escapan hacia el “gore” y las sangrientas temáticas para provocar el anhelado miedo en la audiencia. Es por ello que realmente asustar al ávido espectador en estos días, no es una tarea sencilla.
 
El director James Wan ha dedicado su carrera a este género en el cine.  Creó la franquicia Saw, que en su primera edición innovó con una propuesta diferente y un notable éxito, y recientemente también gozó de popularidad con su película Insidious, la cual también ya se ha convertido en franquicia.

En “El Conjuro”, Wan logra regresar a los principios básicos del género, al modelo clásico de la ‘vieja escuela’ con una pronunciada reminiscencia hacia películas icónicas de terror como El Exorcista, La Profecía, Poltergeist, etc.  Su éxito radica en haber realizado este regreso en la dosis correcta y con un estilo depurado que le da el conocer y dominar las herramientas, trucos y reglas del género. No podría comparar esta película con las anteriormente mencionadas, y con lo que éstas representan en su época respectiva dentro de la historia del cine.  Si bien “El Conjuro” no propone nada nuevo y utiliza las fórmulas y clichés por todos conocidos; se consolida como un filme efectivo, entretenido y de cuidadosa manufactura.

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sábado, 10 de agosto de 2013

10 Campañas "De Película"



Porque la experiencia de una película
Va más allá de la sala cinematográfica.


El relanzamiento de Jurassic Park en salas de cine a 20 años de su estreno original y ahora en formato 3D, me remontó al hecho de que fue una de las cintas que mayor expectativa generó en la década de los noventa, incluso antes de su estreno.  No es de extrañarse, además del impacto e innovación que su director le imprimió para hacer de ésta, otra más de sus icónicas películas; Steven Spielberg sabe muy bien que la experiencia de una película trasciende las fronteras del celuloide y reconoce por ello, la importancia de la promoción y de las campañas de marketing que realizadas alrededor de un estreno cinematográfico.



Producir Jurassic Park costó aproximadamente 95 millones de dólares y para la campaña de la película, Universal Pictures gastó 65 millones de dólares aproximadamente, estableciendo más de 100 contratos con compañías para dar publicidad en más de mil productos que incluían videojuegos, juguetes, adaptaciones literarias, etc.



Jurassic Park fue lanzada en 1993, cuando Internet era todavía un concepto nuevo y relativamente desconocido. Sin embargo, el éxito de su comercialización ha demostrado que las promociones creativas podrían promover la viralidad de una película incluso sin una gran presencia en línea.



La mercadotecnia alrededor de cualquier lanzamiento o producto es de suma importancia y el abanico de posibilidades se ha multiplicado exponencialmente con medios de comunicación 2.0, el reinado de las redes sociales y los múltiples campos y espacios para la promoción hoy en día.  Todas estas herramientas pueden ser utilizadas para dar rienda suelta a la creatividad, lo innovador y lo emocionante, especialmente cuando se trata de la promoción de una película. 



Una buena estrategia de mercadotecnia puede catapultar el éxito de una película, dar empuje a cintas de bajo presupuesto y llevarlas al centro de atención o por el contrario, sepultar una cinta a pesar de los méritos cinematográficos de la misma o de los millones invertidos en su producción.  Claro está, que las campañas de mercadotecnia no garantizan tampoco el éxito de una película, pero sin duda, poseen un impacto directo y muchas veces determinante.



Además de los materiales y campañas tradicionales de promoción para una cinta, hay estudios que van más allá y que logran extender la experiencia cinematográfica más allá de la sala de exhibición o del lanzamiento del DVD/BR.  La experiencia de una película comienza hoy en día, mucho tiempo antes de que esté disponible en la cartelera.  En ocasiones, las campañas inician incluso durante el propio proceso de filmación o previamente.  La riqueza de las herramientas de mercadotecnia que tienen a su disposición estudios y distribuidoras, imponen nuevos retos a la creatividad pero también, un espacio abierto a las posibilidades.



Tráilers, parodias, “sneak-peeks”, cazas de tesoro, concursos, activaciones, promoción a través de productos, plataformas virtuales, páginas web, redes sociales, y cientos de medios y herramientas se conjugan actualmente en hacer del cine una experiencia envolvente que logre atraer la atención del espectador y llevarlo a la sala del cine para determinar el éxito de una cinta en taquilla.  Esta industria alrededor de la propia industria fílmica, constituye un negocio millonario.



Las “campañas de película” exceden en ocasiones a la obra fílmica como tal y hasta pueden llegar a ser abrumadoras… no existen recetas, tan sólo un campo libre para la creatividad que permita alargar la emoción y la expectativa de los espectadores más allá de la sala de cine y por el mayor tiempo posible.



Los blockbusters propios de la temporada veraniega, saben muy bien el papel estratégico que juegan las campañas de mercadotecnia y promoción y hacen de éstas uno de sus principales recursos para tratar de asegurar la taquilla, motivar alguna secuela, o tratar de prolongar su presencia y posicionamiento el mayor tiempo posible.  ¡Vamos! Seguramente recuerdas en este momento, alguna campaña que te haya impactado por su originalidad, por su expectativa o porque hizo que esperaras con meses de anticipación y ansiedad, ese estreno tan anunciado.



Recordemos tan sólo unas cuantas de estas originales campañas que como lo hiciera Jurassic Park en 1993, supieron conjugar varios elementos que llevaron a sus cintas promocionadas, a estar en la mente de los espectadores antes de que pisaran la sala de cine…

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viernes, 2 de agosto de 2013

Wolverine: Inmortal



Película: “Wolverine: Inmortal” (The Wolverine)
Director: James Mangold
Guión: Mark Bomback / Scott Frank  
Género: Comics / Aventura
Fotografía: Ross Emery
Música Original: Marco Beltrami
Reparto: Hugh Jackman, Tao Okamoto, Rila Fukushima, Famke Janssen…
País: USA 
Año: 2013
Duración: 126 min.
20th. Century Fox / Marvel Entertainment 
 


El oscuro héroe de Marvel busca renacer de sus cenizas
con garras y dientes


El universo Marvel llega nuevamente a la pantalla grande en este verano. En esta ocasión lo hace con uno de sus personajes más enigmáticos y salvajes, con uno de los que le abrió las puertas recientes del éxito de taquilla a través de las entregas de la saga X-Men dirigidas por Bryan Singer a partir del 2000, con uno de los consentidos de los comiqueros y de los espectadores ocasionales: The Wolverine (como indica siencillamente el título original de la cinta).

James Mangold hace de esta película, el noveno largometraje bajo su dirección y nos ofrece un episodio predecible y repleto de clichés pero que no deja de ser una opción entretenida y emocionante entre las cintas de superhéroes que inundan las salas cinematográficas durante esta temporada.




El filme se despega notablemente de su predecesor inmediato “X-Men Origins: Wolverine”, que no logró convencer a esa audiencia que simpatiza con la historia enigmática y caótica del rudo Logan.  Esta “secuela” no se comporta sólo como tal, y quizá en ello esté uno de sus aciertos, ya que decide ignorar la cinta que nos contaba sobre los orígenes de este mutante reforzado en adamantio puro, para resucitar la saga de este personaje y para eso, el relato se sitúa en un tiempo incierto posterior a X-Men: The last stand (2006).



Mangold se concentra en su personaje central y no permitirá que ni siquiera hordas de samuráis desvíen la atención del mismo; el relato es sobre Wolverine, el protagonista indudable que constituye el centro y el eje de toda la película. Afortunadamente tanto para el director como para el espectador, Wolverine es interpretado con destreza y efectividad por Hugh Jackman. El actor regresa una vez más a la piel del rebelde y casi ingobernable Logan tras su melódico paso por Los Miserables. Jackman no sólo se enfunda en el peludo y bravucón personaje del comic por sexta ocasión en la pantalla grande, sino que también nos demuestra que no hay un actor en mejores condiciones que él para hacer renacer a este personaje de sus cenizas y defenderlo con garras y dientes.



Así como es difícil imaginar actualmente a Tony Stark en manos de algún otro actor que no sea Robert Downey Jr, en la franquicia de Iron Man, lo mismo ocurre con Hugh Jackman y el X-men favorito de muchos. Su interpretación es voraz y agresiva aunque contenida como el personaje lo requiere… Logan debe estar agradecido por lo que Jackman le ha aportado en su conversión de las páginas de historietas al mundo del celuloide, como el actor por la popularidad brindada a través de esta poderosa franquicia que ha hecho definitivamente suya, como lo demuestra una vez más.


La cinta inicia con un espectacular prólogo en el que vemos una trama paralela ocurrida en el pasado, en la que Logan logra sobrevivir a la explosión atómica que devastó Nagasaki (sí… Wolverine, sobrevivió a una bomba atómica con su poder mutante de auto-regeneración y aún se las arregló para salvar a un joven militar de apellido Yashida… recuerden que es un personaje de cómic). Los recuerdos de este terrible suceso aún lo atormentan en sus pesadillas y sus recuerdos fragmentados.



Después de esta secuencia inicial descubrimos a un Logan solitario y errante —más que de costumbre—, refugiado en las montañas y decidido a despojarse de la ferocidad que lo caracteriza hasta que no pueda evitar ceder a los impulsos de cólera ante la injusticia como parte inherente a su naturaleza.  Sin embargo, el personaje se muestra como un animal herido, condenado al recuerdo de su amor imposible Jean Grey (la etérea Famke Janssen que quizá aparece más de lo necesario en la cinta); atormentado por el recuerdo de haber sido su verdugo y detener así la destrucción que estaba originando (dando continuidad a la historia propuesta por X-Men The Last Stand).
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