Película: “WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN”
(Tenemos que hablar de Kevin)
Director:
Lynne Ramsay
Guión: Lynne Ramsay y Rory Kinnear
Novela Original: “We need to talk
about Kevin” de Lionel Shriver
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Tilda Swinton, John C.
Reilly, Ezra Miller…
País: UK / USA
Año: 2011
Eva: You don't look happy.
Kevin: Have I ever?
Kevin: Have I ever?
Mayo, mes en el que
se festeja el Día de las Madres en México y en el que se enaltecen las grandes
virtudes de quienes son jefas de familia, educadoras y figuras cariñosas para
quienes cualquier sacrificio es válido para proteger a sus hijos… es una buena
oportunidad para recomendar una cinta ¿maternal?
La maternidad con ese
halo consagrado al amor puro y devoto hacia sus vástagos, ha sido retratado en
múltiples ocasiones por el cine… pero, ¿qué hay de esas historias en dónde las
relaciones madre-hijo no son tan perfectas?
Es más, ¿qué hay de aquellas relaciones entre madre-hijo que se
aproximan más a auténticas historias de terror que a historias inspiradoras y
conmovedoras? Tenemos que Hablar de Kevin se sitúa justamente en este tipo de
historias inusuales que dan lugar al cuestionamiento, a la polémica, a la
confusión y finalmente, al escalofrío.
Se trata de una
película incómoda y al mismo tiempo sumamente poderosa. Lynne Ramsay nos presenta una pesadilla de
nombre Kevin, pero lo hace a través una cinematografía metafórica por momentos,
simbólica y visualmente poderosa más allá de los diálogos, contemplando el relato
a partir de la mirada de Eva
Katchadurian –madre de Kevin- encarnada extraordinariamente por una Tilda
Swinton que entrega una interpretación sólida y conmovedora. (Actriz olvidada injustificablemente en las
nominaciones de la pasada edición de los premios de la Academia ¿no creen?).
La historia de Kevin
es la historia también de Eva. Eva es
una mujer que fantasea con tiempos diferentes, con tiempos en los que no estaba
social y culturalmente atada a un papel impuesto de madre, con tiempos en los que era libre,
en los que era feliz. Pero la vida
pasada de Eva es muy diferente a su realidad actual: marginada, juzgada y condenada por
la comunidad, justamente por ser la madre de un monstruo, pero sobre todo
acechada por el más tirano de sus jueces: ella misma.
Mommy was happy before Kevin came along.
Now she wakes up every morning and wishes she was in
France!

Kevin tampoco es un
angelito fácil de querer (por decir lo menos), por el contrario, resulta un personaje naturalmente
repulsivo desde su nacimiento. Su madre
a pesar de no sentir de forma automática ese amor hacia ese ser que de ella
nació, se esfuerza, trata de ser esa madre que se supone debe ser y fracasa una
y otra vez. Kevin no le facilita esta
tarea de madre: ese pequeño engendro es el resultado de resentimientos, odios
y de una naturaleza corrupta desde su existencia misma. Cabe destacar el cuidadoso trabajo de casting
de Kevin en sus diferentes edades así como la interpretación malévola y
repulsiva de Ezra Miller.
En esta relación
enfermiza entre una madre y su hijo encajan otros personajes como el padre Franklin
(John C. Reilly) y la hermana de Kevin, la adorable Célie. Sin embargo, la mirada implacable de Eva se
fija en Kevin y especialmente en ella misma, y aunque añora esos tiempos
sencillos en los que era libre, soltera y feliz; o bien, incluso llega a desear su segundo papel
como parte de una familia, sabe que esas
vidas han terminado y que está condenada a vagar muerta en vida, relegada y
condenada por siempre ante el fatídico destino de ser la madre de un Kevin
sociópata y aberrante.
De esta manera, Eva
Katchadurian hace frente a la vida con un espíritu endurecido, devastado, atormentado y
resignado, asumiendo que el odio de la comunidad, la discriminación y el
repudio eterno de la sociedad y de ella misma; son apenas una penitencia justa
para tratar de expiar sus culpas y vivir en un infierno del que ella misma atizó
sus llamas hasta que la consumieron por completo junto con cualquier esperanza
de redención.

El uso del color rojo
durante toda la cinta, merece también una mención especial como motivo recurrente
utilizado por la directora, que no sólo aparece como las manchas de pintura que
cada día atormentan la fachada del hogar de Eva tras “los sucesos ocurridos”; sino también
como un recordatorio constante de algo que no puede lavarse y olvidarse, que
sigue siempre presente en la vida de Katchadurian, como una culpa perenne, como
sangre simbólica que no pudiera enjuagarse de sus propias manos a pesar de todo
intento, que simplemente le acecha y le somete.
Tenemos que Hablar de
Kevin es así una de las películas más escalofriantes que he visto
recientemente, de esas historias perturbadoras capaces de sacudir al espectador
en lo más íntimo y personal, una aterradora película que nos cuestiona como
sociedad ante el horror moral que cada día se hace más presente en las comunidades
y hasta en algunas familias. El terror
de la cinta radica en la escalofriante semejanza con la realidad y con la
complejidad de los seres humanos y de las enfermedades sociales que nos aquejan.
¿Por qué tenemos qué
hablar de Kevin? Simplemente Kevin es ese demonio que se aloja en nuestras
sociedades y que cuestiona nuestra responsabilidad moral. Kevin es una historia que merece ser
contadas y reflexionada ampliamente aún después de las casi 2 horas de
duración en pantalla, es una de esas historias capaces de estremecer y de
horrorizar como un golpe inesperado. Tenemos Que Hablar de Kevin
es una cinta contundente, una recomendación obligada por su lenguaje
cinematográfico pero sobre todo, por sus implicaciones morales, sociales y
éticas. Una película sumamente fuerte e
incómoda y por lo mismo terriblemente poderosa de la que no
podemos dejar de hablar.
Just because you're used to something doesn't mean you
like it.
You're
used to me.
-KEVIN-
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NOTA: Infinitas gracias a @crislata que me invitó a ver esta escalofriante
premier en su momento con una gran introducción de Miguel Cane. ¡Mil gracias
por compartir!
¡Estar de regreso en este blog es grandioso! Tenemos muchos pendientes
cinematográficos que degustar por aquí ustedes y yo… ¡adelante con el buffet!
TR
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